Expertos responden y contradicen al informe climático del Departamento de Energía de EE. UU.

El pasado 23 de julio de 2025 El Departamento de Energía EEUU publicó el informe “A Critical Review of Impacts of Greenhouse Gas Emissions on the U.S. Climate” (en adelante DOE) que había encargado en el mes de marzo a un grupo de 5 expertos independientes.

El objetivo que el informe afirma perseguir es revisar las certezas e incertidumbres científicas sobre cómo el dióxido de carbono (CO₂) antropogénico y otras emisiones de gases de efecto invernadero han afectado, o afectarán, al clima de EEUU, a los fenómenos meteorológicos extremos y a determinados indicadores de bienestar social.

Para dar respuesta al informe se constituyó un grupo – Climate Experts’ Review of the DOE Climate Working Group Report- constituido por mas de 85 expertos, y el 30 de agosto hicieron públicos sus comentarios. Es un documento de 450 páginas y aborda cada uno de los capítulos del informe DOE que alcanzaba las 250 páginas. Como síntesis, el Grupo de Expertos dice sobre el informe DOE: “El informe del Grupo de Trabajo del DOE no cumple con los estándares de calidad, utilidad, objetividad e integridad apropiados para ser utilizados como base en la formulación de políticas.”

Dada la amplitud del informe como, especialmente, de la respuesta del Grupo de Expertos, recogemos en la siguiente tabla una síntesis de los aspectos que hemos considerado de mayor calado. En la columna de la izquierda recogemos de manera muy resumida postulados del DOE y en la columna derecha la réplica del Grupo de experto.

 

DOE

Réplica de Climate Experts

INFLUENCIA DEL HOMBRE EN EL CLIMA

  • El IPCC ha minimizado el papel del sol en el cambio climático, pero existen reconstrucciones plausibles de la irradiancón solar que sugieren que esta ha contribuido al calentamiento reciente.
  • El DOE subestima injustificadamente el papel humano en el calentamiento, exagerando la influencia solar y sugiriendo que las emisiones son simplemente un añadido a la variabilidad natural. La evidencia científica —huellas físicas del calentamiento, presupuestos energéticos y simulaciones de modelos— demuestra que la actividad humana es el principal impulsor del calentamiento global desde la era industrial
  • Las proyecciones climáticas se basan en escenarios de emisiones del IPCC que han tendido a superar las tendencias observadas.
  • El informe del DOE presenta los escenarios del IPCC como predicciones fallidas, en lugar de lo que realmente son: herramientas exploratorias de tipo “qué pasaría si”. Al centrarse de manera selectiva en el escenario extremo RCP8.5 y presentarlo como un error, el DOE transmite la idea de que los riesgos climáticos están exagerados. En realidad, el IPCC siempre ha dejado claro que los escenarios no son pronósticos, sino marcos para explorar futuros inciertos y evaluar riesgos.
  • Los modelos del ciclo del carbono vinculan las emisiones anuales con el crecimiento del stock de CO₂ atmosférico. Aunque discrepan en cuanto a la velocidad de absorción de CO₂ por parte de la tierra y los océanos, todos coinciden en que esa absorción ha ido aumentando desde 1959.
  • El informe del DOE ofrece una visión incompleta de los sumideros de carbono (océanos y suelos), omitiendo las limitaciones futuras de su capacidad de absorción. Esto genera una falsa sensación de seguridad sobre la posibilidad de que absorban indefinidamente las emisiones humanas.
  • Existen pruebas de que los sesgos debidos a la urbanización en los registros de calentamiento terrestre no han sido completamente eliminados de los conjuntos de datos climáticos.
  • El DOE afirma que la urbanización sesga significativamente los registros de temperatura global. Sin embargo, la evidencia muestra que el efecto isla de calor es mínimo en el promedio global: los análisis de reanálisis satelitales y las comparaciones rurales/urbanas confirman que las tendencias de calentamiento no pueden atribuirse a urbanización.

SENSIBILIDAD CLIMÁTICA AL CO2

  • En muchos casos los modelos fueron “ajustados” para coincidir con los registros históricos, lo que reduce su valor como predictores independientes.
  • La sensibilidad climática al CO₂ sigue siendo muy incierta. Los modelos tienden a proyectar valores más altos, mientras que los enfoques basados en datos sugieren rangos más moderados.
  • El DOE critica el “ajuste” de parámetros en modelos climáticos como si fuese un defecto sistémico. La revisión aclara que el IPCC y la comunidad científica evalúan los modelos como un conjunto, considerando sesgos y contrastándolos con múltiples fuentes de evidencia.
  • El DOE presenta la cuestión como una disputa entre “modelos” y “datos”, sugiriendo que los modelos sobrestiman el calentamiento mientras que los estudios empíricos lo minimizan. En realidad, la ciencia climática moderna se basa en una síntesis de múltiples líneas de evidencia: modelos de circulación general, observaciones históricas e incluso registros paleoclimáticos.

DISCREPANCIAS ENTRE MODELOS Y OBSERVACIONES

  • Los modelos tienden a sobrecalentar el clima en múltiples aspectos, lo que cuestiona su fiabilidad para ciertas aplicaciones.
  • No hay evidencias robustas de que los fenómenos extremos en EE. UU. estén aumentando por efecto del cambio climático.
  • El informe afirma que atribuir un evento extremo reciente al cambio climático es metodológicamente problemático. El clima se define por estadísticas a lo largo de décadas, y los registros instrumentales fiables cubren apenas 130 años: un intervalo demasiado corto para captar toda la amplitud de la variabilidad natural.
  • La evidencia muestra que los modelos CMIP6 reproducen razonablemente bien el calentamiento observado, con diferencias explicables por variabilidad interna y forzamientos como aerosoles.
  • DOE exageran discrepancias entre modelos y observaciones. La revisión científica demuestra que los modelos climáticos, aunque no perfectos, reproducen de manera consistente las tendencias de calentamiento y las señales características de la influencia humana.
  • Los datos de reanálisis confirman una aceleración de las tendencias de temperatura, sin relación con la densidad poblacional (descartando sesgos urbanos).
  • Sobre que que los modelos sobrecalientan la troposfera tropical, las diferencias observadas no invalidan los modelos; se deben a limitaciones de datos y variabilidad climática.

IMPACTOS EN ECOSISTEMAS Y SOCIEDAD

  • En términos de agricultura, economía y sociedad, el cambio climático inducido por CO₂ no representa una amenaza catastrófica para EE. UU. En muchos casos los impactos son limitados, neutros o incluso beneficiosos, mientras que los costes de políticas de mitigación agresivas podrían superar a los daños evitados.
  • El DOE presenta el aumento de CO₂ como un beneficio neto para la agricultura, destacando la fertilización de cultivos. La revisión lo corrige:
    • Los efectos positivos del CO₂ están sobredimensionados y solo se cumplen en condiciones de laboratorio.
    • El cambio climático asociado al CO₂ (olas de calor, sequías, cambios de precipitación) reducirá rendimientos netos en EE. UU. y a nivel global.
    • Se ignoran riesgos de pérdida de nutrientes en cultivos básicos y aumento de toxinas en condiciones de calor.
  • El DOE sostiene que los riesgos climáticos son manejables mediante adaptación (ej. aire acondicionado, infraestructuras).
  • La sección está mal citada y sin base empírica sólida.
  • Se exagera la capacidad de adaptación, ignorando los límites físicos y económicos.
  • Se minimizan riesgos futuros (ej. productividad laboral reducida por calor extremo, daños por inundaciones costeras).
  • El DOE utiliza un gráfico para afirmar que los costes de desastres extremos no crecen en términos de PIB. La revisión dice sobre ese gráfico:
  • Se excluyen los datos de 2023 y 2024, los peores años registrados (28 y 27 desastres de más de 1.000 millones cada uno).
  • El intervalo entre eventos cayó de 82 días (1980s) a solo 19 días (2015–2024).
  • Los costes per cápita pasaron de 90 $ en los 80s a más de 400 $ recientes.
  • El cambio climático ya aumenta la frecuencia e intensidad de sequías, huracanes, lluvias extremas e incendios.


José Ignacio Jiménez Enríquez de Salamanca
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