Andrea Belk, en un artículo de la Harvard Business Review, reveló que entre el 60% y el 90% de los planes estratégicos nunca se implementan por completo.

 

El fracaso no suele residir en una sola causa, sino en una combinación de factores que surgen en tres etapas críticas: la identificación del reto, el diseño del plan y su ejecución.

identificación del reto

Las estrategias efectivas son un conjunto de acciones coordinadas para superar desafíos específicos. Por lo tanto, el primer paso, y el más crucial, es formular la pregunta correcta: ¿Qué problema fundamental queremos resolver? O, más directamente, ¿a qué reto nos enfrentamos? Un plan sin una comprensión clara del problema que busca solucionar está destinado a fallar.

Diseño del plan estratégico

Incluso si se identifica correctamente el reto, el diseño del plan puede estar plagado de errores que lo condenan al fracaso. Los fallos más comunes en esta fase son:

  • Desalineación con el propósito y la misión de la empresa: La estrategia debe ser coherente con la identidad y los valores de la organización. Un plan que no encaja con la misión central confunde a los empleados y genera resistencia.
  • Enfoque unilateral: Un plan demasiado centrado en el panorama externo (competencia, mercado) ignora las capacidades y debilidades internas. Un análisis equilibrado que incluya el terreno interno es vital.
  • Comprensión superficial del reto: No solo hay que identificar el reto, sino entenderlo en toda su complejidad.
  • Ignorar la cultura y las capacidades de la organización. Los líderes deben evaluar cómo la cultura de la empresa podría impactar la estrategia y considerar las barreras internas durante el proceso de implementación.
  • Trata con un número inmanejable de objetivos y acciones. Un plan estratégico debe ser focalizado y conciso, con un número limitado de objetivos clave para que el equipo pueda concentrar sus esfuerzos y recursos de manera efectiva.

Ejecución del plan estratégico

Aún no hemos conocido a un solo líder que declare que su estrategia es errónea, pero que sea excelente en la ejecución. Esta etapa presenta sus propias complejidades:

  • Ejecutar un plan estratégico es una Acitividad Compleja.
    • Pequeños cambios pueden provocar grandes consecuencias.
    • No es posible predecir con precisión los resultados finales.
    • Necesita de un monitoreo continuado y analizar causas y consecuencias.
    • Decisiones colegiadas con frecuencia en el máximo nivel.
  • Falta de coordinación entre unidades. La falta de alineamiento entre unidades o departamentos es una de las principales causas de fracaso en la implementación.
  • La aceptación interna determinará el éxito o el fracaso de su estrategia de crecimiento: Un liderazgo que no consigue el compromiso del personal se enfrentará a una resistencia que hará inviable cualquier iniciativa de crecimiento.

El fracaso de los planes estratégicos no suele ser cuestión de talento ni de recursos. Surge cuando la empresa se equivoca en el diagnóstico, se dispersa en el diseño o tropieza en la ejecución.

José Ignacio Jiménez Enríquez de Salamanca
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